Wednesday, March 3, 2010

La Noche en Blanco

Sábado por la noche, encendemos por primera vez el aire acondicionado -para que no se enmohezcan los libros con tanto calor y humedad- y nos ponemos a ver una peli en nuestros comodísimos sofás, utilizando el súper-monitor del ordenador que también venía de las cajas de Florida de Joshua...

Piiiii piiii piiii... le llega una alerta al móvil del trabajo de Joshua, pero es algo normal -suele llegar una cada par de días, entre terremotos menores y tsunamis en la otra punta del mundo. Pone "terremoto en Chile que puede provocar un tsunami". Entramos en la página web del Pacific Tsunami  Warning Center y leemos que de momento no hay evidencias de tsunami.

Nos vemos la peli -bueno, yo me quedo dormida pasada la mitad-, de alguna llego a la cama, no sé si Joshuatransportada o caminando dormida, y a las 12.30 suena el teléfono de Joshua: efectivamente el terremoto ha provocado un tsunami que avanza por el pacífico.

Recordamos que el mayor tsunami del que hay registro en Tonga ocurrió en 1960 también provocado por un terremoto en Chile. Recordamos que cuando leímos esto, nos enteramos que el tsunami tarda unas 12 horas en llegar desde Chile a Tonga. Volvemos a la página del Pacific Tsunami Warning Center y en el informe recién actualizado se indica la hora a la que se estima llegará la primera ola a Tonga -así como al resto de naciones en estado de alerta-: 8:40 am hora local (bueno, esto lo descubrimos después de que mi mente somnolienta pase de hora Greenwich a hora tongana). 

Joshua se va a la oficina: se ha quedado de jefe temporal mientras la jefa se va de vacaciones y por tanto es responsable de la consolidación de los voluntarios y su evacuación a los puntos designados para alerta por tsunami. Me dice que siga durmiendo, y que vendrá a recogerme más tarde para realizar la evacuación. 

Con el sueño que tenía, pero se me ha ido todo de golpe. Me pongo a mirar en internet la información disponible. Busco estimaciones del tamaño del tsunami, voy viendo cómo llega a las distintas islas... Inicialmente parece ser que no hay que temer gran cosa, sólo ha habido una ola de 2 metros en la costa de Chile, pero a las islas del Pacífico están llegando olas de medio metro. Lo que pasa es que no hay que descuidarse, en mi Máster Acelerado sobre Tsunamis aprendo que la primera ola no es necesariamente la más grande -y de hecho en la mayoría de los casos, ésta llega a las 6 o 12 horas de la primera. 

Sobre las 3 de la mañana me llama Joshua para decirme que está en la otra punta de la isla recogiendo a voluntarios, que llegará a casa en menos de un par de horas para darse una ducha e irnos. Me pide que siga reuniendo toda la información posible y que prepare una bolsa para la evacuación.

Las previsiones para Nueva Zelanda son de una ola de como mucho un metro de altura. Como nuestra casa tiene dos plantas y la mayoría de las cosas de valor están en la segunda (los libros y el piano), ni me molesto en mover más que la guitarra. Meto el ordenador, el kindle, los pasaportes y los documentos importantes en la mochila. También cojo el jersecito que le estoy haciendo a Matteo para estar entretenida. Y en otra bolsa meto 7 litros de agua, unas barritas energéticas, un poco de piña y el tarro de Nutella -por si tenemos que estar evacuados mucho tiempo. 

Dejo comida para los gatos (Chopper se piensa que ya es de día, así que se come su plato) y cuando llega Joshua estoy lista para marchar. La hora acordada para realizar la evacuación son las 6.30 am, porque a pesar de lo que dice el Pacific Tsunami Warning Center, un mensaje de TCC (la versión tongana de Telefónica) a sus clientes, dice que se estima que llegue a las 7.30 am. Además, anticipamos encontrar tráfico.

Tráfico hay, pero como el límite de velocidad es 40 km/h en prácticamente toda la isla, no vamos más despacio de lo que iríamos con la carretera vacía. Llegamos junto al Estadio que es uno de los puntos más altos de Tongatapu, aparcamos los coches y nos ponemos a esperar.

Y esperamos, y esperamos, y esperamos... Como es domingo no hay ni radio (ponen himnos religiosos todo el domingo) así que no tenemos manera de saber qué está pasando. Una compañera de Joshua tiene familia en otras islas del Pacífico, así como en Nueva Zelanda. Gracias a ella vamos consiguiendo algo de información... ...parece ser que ha habido daños en Rarotonga (Islas Cook) y en Tahití... ...no hay noticias de Tonga... ...el tsunami llega a Nueva Zelanda... Si ha llegado a Nueva Zelanda, tiene que haber llegado a Tonga, ya que estamos más al este. A eso de las 10 vemos coches volviendo a la capital, parece ser que las autoridades de Tonga consideran que ya es seguro el retorno. 

Joshua y yo nos acercamos a su oficina a consultar nuevamente en la web el estado de la alerta. Asimismo vemos cómo aparentemente no ha ocurrido nada. De cualquier forma, según las instrucciones del PTWC, el estado de alerta dura hasta dos horas después de la hora estimada de la primera ola -en caso de que esta no llegue-, y si llega, pues hasta dos horas después de la última ola. Joshua decide -con buen criterio- mantener la evacuación hasta las 11.00 am. 

Poco antes de esa hora vuelve a ir a la oficina la responsable de seguridad de su trabajo, para comprobar que se ha levantado la alerta. Llevamos a los voluntarios de vuelta a la capital, yo me voy a casa y Joshua se va a la otra punta de la isla a devolver a los que recogió allí. Cuando llega a casa casi he terminado una mmmmm tortilla de patatas con mmmmmm salsa brava y ensalada con una mmmmmmmm vinagreta de mostaza de dijon que es el hit del día. Joshua se queda dormido en el sofá esperando la comida. 

Pues eso. Al final no fue nada pero podía haberlo sido. Pero agradecimos mucho toda la información disponible en todo momento, que nos permitió preparar una evacuación ordenada y sin pánico. Tuvimos tiempo hasta de escribir a casa explicando que estaríamos evacuados pero que no temieran por nosotros que a lo sumo habría daños materiales causados a lo que dejamos atrás. Una experiencia más con final feliz.

3 comments:

  1. buaaaa qué post más laaaargo me ha salido!!!! ...si es que fue una noche muuuuu larga, ya digo...

    ReplyDelete
  2. pues por descontado que sí, aunque había gente evacuada que parecía que hasta les molestaba que todo se hubiera quedado en nada... Yo encantada, porque si se hubiera inundado la casa, mi máquina de coser se habría echado a perder y no no no quería...

    ReplyDelete