Saturday, October 31, 2009

Why Are We Sleeping?

Mohe Ofi. A concept uniquely Tongan yet universal in its activity. Tongan culture expects much from its people and the responsibility of mohe ofi is considerable. It translates as "sleeping near" and signifies the responsibility that a mother has in teaching the rich lessons of the Tongan culture to her child.

Rich is an appropriate word, for the etymology of rich reflects a connection between wealth and power, two concepts that figure largely in Tongan culture but in ways that may seem incongruent to our European gazes. Tonga is rich with rules and norms that define every type of interaction. Home, church, work, the street, the Royal Palace, the wedding, the funeral - each is a place where perception matters greatly. This richness is seen in the roles first defined in families, ultimately extending throughout the nation. The group should be seen as sacred, and an individual's actions are best understood when seen in the context of group. The responsibility of the one to the many manifests in many subtle ways, and it is the burden of the mother to teach her child these roles and responsibilities.

As the only Pacific culture not colonized by Europeans or Americans and the only nation still ruled by its hereditary monarchy, the Tongans have a pride born of a history defined by these complex rules. One example of the intricacy of Tongan culture is the mother. Mohe ofi is a burden, for failure, as seen in a person's improper behavior, results in much shame to the individual and the family. This is a shared burden, for in Tonga the mother is not just the biological mother but all of the biological mother's sisters as well. They are not aunts - only the father's sisters are aunts. The mother's brothers are the child's uncles. And there are no uncles on the father's side, only more fathers. As seen, family is complex, and the responsibilities found within a family are a complexity that mirror the responsibilities found within Tongan society. Mohe ofi. Sleeping Near.

We chose this as the title of our blog because it is a beautiful concept for us. We took it as metaphor. In Tonga, a person who is well mannered and acts culturally appropriate suggests that the mother spent the time to teach the person what is proper, acceptable and respectable. There was her teaching and the teaching of others, through example, through demonstration, through presence, that transfers a Way of Being. What I personally think of the Tongan way of being does not matter. If I lived all of my life here, I still would not be in a position to judge the success or failure of this way of being, but then, it is not my place to judge, now or ever, anything but my own actions.

I can take this concept of Sleeping Near and stretch it out into the activity I see which is universal to us all: teaching. I believe that teaching, and its twin learning, continually occur throughout life for all of us, hence its universality. My own gaze, like everyone else's, has been tinted with so much emotion and passion, so much Art, so much conversation and experience, so much Life, that sometimes I can hardly see the vision which rests before me. We are each constantly faced with the new and unknown, no matter how seemingly fantastic (or fantastically normal) our lives may be. Do I deal with the new and unknown in a proper, acceptable and respectable manner? Am I honoring myself as well as those who came before me when I take the inevitable step forward into the day and its rich lessons?

Of course the Proper and Acceptable and Respectable is subjective. My Sleeping Near, my responsibility, is not to bring my own values and needs crashing onto others. It is not to bring conformity. It is simply a desire to offer a way of being that welcomes coexistence, replaces simple tolerance with sincere acceptance, and celebrates difference in the same moment which sets value to self. Like the responsibility of mohe ofi in Tonga, I do this not alone but with others, in coordination and hopefully in discord as well. Why? So that those who fall within my happy responsibility, who enter my vision, can benefit from what I offer as I benefit from what they offer. We are all teachers, and we are all students. Let our interactions with life be Proper and Acceptable and Respectable in the sense that we fully receive the miracle of each moment. Let us not be strangers to one another in this teaching. Instead, let us always Sleep Near to one another.

Friday, October 30, 2009

Extraños pimientos de Padrón


Como os vengo contando, después de nuestros miedos iniciales de que nos íbamos a morir de hambre en Tonga, hemos llegado a la conclusión de que prácticamente se pueden encontrar los mismos ingredientes que en España -teniendo en cuenta que somos de esos que nos gusta hacerlo todo desde cero, si buscas cosas precocinadas, el tema cambia un poco.

El único "problema" es con las frutas y verduras... aquí no llegan las manzanas de Chile cuando en España no están de temporada, ni siquiera los kiwis de Nueva Zelanda a pesar de estar aqui al ladito. Frutas y verduras son casi exclusivamente de producción nacional y con los medios de toda la vida -es decir, se planta en la época del año que toca, se recoge, se vende y se consume. Nada de invernaderos, o cámaras frigoríficas para que las naranjas duren más. Ni, mucho menos, cultivos con luz artificial. En realidad, es casi mejor porque así sabes que todo lo que consumes es de lo más ecológico y está riquísimo. Pero eso sí, sólo lo comes cuando es la temporada.

Acaso debido a que es primavera aquí, de momento hay de todo: lechugas que saben a algo más que plástico, tomates que te los comes de dos en dos, judías verdes de las tubulares, piñas, pimientos, plátanos (de la mitad del tamaño de un plátano de Canarias, pero igualmente deliciosos), manzanas... Nos han dicho que aprovechemos cuando veamos en el mercado alguna fruta o verdura que nos guste, que a lo mejor en dos semanas dejamos de verla en una larga temporada. Personalmente preferiría informarme de cuánto dura la temporada de cada cosa, pero teniendo en cuenta que normalmente compro en puestecitos que hay junto a la carretera y el inglés de los que venden ahí es bastante limitado, aún no he podido saberlo. De muestra, una conversación del otro día:
- ¿Cuánto cuesta una lechuga?
- 2 dólares tonganos (75 céntimos de euro)
- Bien, dame una, por favor. Por cierto, ¿esta lechuga es de Tonga?
- Sí
- ¿Y cuánto dura la temporada de la lechuga?
- ????????????????????
- Sí, que si cuando se acabe la primavera va a dejar de haber lechugas o las hay todo el año.
- ????????????????????
- Mmmmm... vamos a ver... Si vengo en marzo, ¿venderás lechugas también?
- ¿¿¿¿no quieres la lechuga????
- Sí, sí, la lechuga sí la quiero. Y dame esas 4 limas también, por favor. (ains!)
Y bueno, al lío de lo que ha provocado este post. El otro día encontré estos pimientos, que como veis son pimientos de Padrón para daltónicos:



Y claro, me dije... ...¡esto hay que probarlo! Para la cena, de aperitivo, cojí un puñadito y los hice igual que los de Padrón. Los puse en la mesa, Joshua cogió el primero, pegó un mordisquito y se bebió 5 vasos de agua del tirón. ¡Y es él quien se hincha a jalapeños picantísimos! Me dijo... "tienes que probar esto para que veas lo que es... coje uno y pégale un mordisquito por la punta, evitando las semillas. Ah y llénate el vaso de agua antes de hacerlo". ¡Madre mía! Resulta que compré cayena disfrazada de pimiento de Padrón para daltónicos. Desafortunadamente, tuvimos que tirar los que había frito porque no podíamos hacer nada con esos. Pero es lo que pasa cuando te enfrentas a alimentos nuevos, que si no los pruebas, no aprendes. (Aunque después, pensándolo mejor, llegué a la conclusión de que ese color rojo virulento que está gritando PELIGRO debía haber sido un signo).

La parte "feliz" de la historia es que una vez descubiertas las propiedades de los pimientos, estamos haciendo un uso más inteligente de ellos. El otro día cociné mi arroz del escalador y a falta de especias (que llegarán con los bañadores espero que en una semana), piqué un pimiento muy finamente y le dio el toque mmmm al plato. Eso sí, cada vez que tocas uno de estos pimientos te tienes que lavar las manos con muuucho cuidado, que si no, te metes el deo en la boca y es como cuando te ponían movidas en las uñas para que no te las mordieras -además de ser peligroso si te llevas el deo al ojo.

Y ahora os dejo que me voy a comprar zanahorias y pimientos. Aquí abajo teneis un par de fotillos de lo que veo al mirar hacia arriba cuando voy con la bici de camino al pueblo (perdón, ¡a la ciudad!).





Tuesday, October 27, 2009

Chopper



¡¡¡Os presento al nuevo miembro de la familia!!! ¡A que es una monada!

Pues bien. Todo empezó cuando aterrizamos en Tonga, en el camino a nuestra casa la compañera de Joshua nos contó que su gatita había tenido cinco gatillos, que si queríamos uno. E inicialmente le dijimos que no, porque al cabo de dos años y medio tendríamos o que regalarlo a alguien, o hacer lo de la cuarentena para poder llevarlo de vuelta a España. Pero el día 2 de nuestra estancia aquí empezamos a descubrir que nuestra nueva casa estaba llena de "vida": cienpiés, avispas gigantes, ¡cucas voladoras! Así que recordé lo del gatillo y le dije a Joshua "¿y si le pedimos a tu compañera gatillo más fiero de la camada?????" Y él me contestó "pues sí..., es una idea...  y... ¿qué nombre le podrías?" "Mmmmm... ¿cuál es el nombre típico para los perros esos súper malotes y agresivos en América?" "A ver... Killer... o Chopper"    ¡así que Chopper se ha quedado!.

Llegó ayer a casa, al principio estaba todo acojonadito el pobre, se escondía en las cacerolas y debajo de las mesas, pero después de una buena sesión de rascarle la barriga debió pensar que no se está tan mal aquí después de todo, así que al cabo de un par de horas ya estaba acercándose voluntariamente a nosotros. Me tiene un poco preocupada, la verdad, el que no haya bebido agua desde que llegó, por más que le acerco a su cuenquito y le meto la patita para que vea que es agua rica rica, él como que nada -así que lo que he hecho ha sido ponerle un poquito mezclada con la comida, que no queremos que se nos deshidrate el chopper.

Así que la llegada de Chopper es la principal noticia. Hoy me quedaré todo el día en casa con él porque cuando me alejo a veces le da un poco de yuyu y se pone a gemir, el pubritín, echa de menos a su mami y sus hermanitos. Es posible que en un par de semanas adoptemos otra gata, ésta tiene dos años, y es de un voluntario que se vuelve a su tierra. Así que, si la gata acepta bien a Chopper -a lo mejor le sale el instinto materno y le da por cuidarlo- por aquí la tendremos también. Al parecer se llama Sweetness (ains!) peeero según el dueño, está perfectamente entrenada para matar. Ya veremos.

Segunda noticia...


¡¡¡¡SIIIII!!! Por fin encontré un cubo de fregona!!!!! Estuvimos el sábado por la mañana en unos "grandes almacenes" indios. En vez de estar en el centro de la ciudad, están como hacia la salida, así que hacen las veces de nuestros Ikea, Leroy Merlin, Mediamarkt y Alcampo, todo en una. Eso sí, con una superficie que es la décima o la veinteava parte del Mediamarkt estándar. Tenían comida que hasta ahora no habíamos encontrado en ningún otro sitio -como mostaza!- telas para hacer ropa y cortinas, que tendremos que comprar para darle algo de estilillo a la decoración de la casa, electrodomésticos y algo de mobiliario. También me compró Joshua una máquina de coser, mi sueño desde hace bastante tiempo. Estaba bien de precio porque aquí hay más gente que se hace la ropa que en España o en Estados Unidos. Cuando me llegue mi costurero -probablemente a lo largo de la semana que viene- podré ponerme a probarla... Y si todo va bien, las cortinas las hago yo, porque los diseños de aquí son un poco horterillas, y también me pongo a hacer faldas pareo, que por estas tierras se llevan mucho y tienen telas bastante chulas para ello. Me decía la jefa de Joshua que quizás se pueda convertir en una "fuente alternativa de ingresos"... No sé yo, de momento me conformo con hacer las cortinas.

El sábado también estuvimos en una fiesta tongana. La hija de nuestra casera se casa en Enero, y celebraban la fiesta de compromiso. Estaba toda la familia invitada ...y nosotros... La verdad es que fue todo un detalle. Estuvo bastante divertida, aunque cuando la gente hablaban entre ellos lo hacían en tongano y no nos enterábamos de nada. Pero al menos, cuando se dirigían a nosotros, lo hacían en inglés. La fiesta tuvo su parte religiosa -porque aquí todos son cristianos hasta la médula- con el reverendo que hizo una lectura (en tongano) y luego dio unas palabras. Habló de nosotros porque en medio de todo el chorreo ininteligible pude oír "peace corps". Finalmente, el novio le puso el anillo de compromiso a la novia y salimos fuera al banquete. ¡Y qué banquete! Tres mesas enormes llenas de comida... había tres cochinillos asados (aquí los pinchan con el palo y van dándoles vueltas), un pavito, distintos platos de pescado, pinchitos morunos, una especie de ceviche, ensaladas de todos los colores, frutas variadas y seguro que me estoy dejando algo.

Como soy rarita, tenía miedo de que no me gustase la comida, así que estaba preparada para decirle a la casera que tenía el estómago pichí pichá para excusarme por no comer. Pero la verdad es que estaba todo de morirse así que me dediqué a hincharme de comida. Pero es que, no veais cómo come aquí la gente. Se llenaban los platos haciendo montaña de comida. Estas madres tonganas cocinan como para sacarles los colores a una buena madre gallega. Y lo que más lo flipé es que al parecer, lo hizo todo la casera -había tanta comida, que parecía que había contratado un catering.

Hubo música todo el rato, y su manera de bailar es el estilo polinesio / hawaiano que conocemos, moviendo las manos muy expresivamente. Es precioso ver cómo mueven esas manos, de hecho la señora que mejor bailó fue una mujer que parecía muy mayor y que debía pesar como 120 kg, pero teníais que ver con qué delicadeza movía las manos, ni una ballerina lo hace así, parecía que te estaba contando una historia. ¡A ver si me apunto a "bailes regionales" y aprendo algo!

Os dejo aquí una foto que me hizo Joshua cuando volvimos a casa. Nuevamente nos pusieron collares de flores nada más llegar a la fiesta, son unos artistas haciendo collares. En esta ocasión me tocó uno de gardenias que además olían genial (el domingo lo dejamos en el cuarto de baño para que lo perfumase). También podéis ver en la foto mi kie kie, que está hecho de cáscara de coco tallada.






Wednesday, October 21, 2009

Poniéndonos en marcha

Primera semana en Tonga casi completada. Aún apenas hemos salido de Nuku'alofa porque Joshua ha estado trabajando todos los días salvo el domingo, y yo he estado poniendo en marcha la casa, además he estado intentando entender cómo funciona mi master online ya que comienza en menos de dos semanas.

El día que llegamos (jueves) nos depositaron en la casa a eso de las 8 de la mañana, y quedamos en que nos recogerían para comer y comprar lo que pudiéramos necesitar. Intenté dormir, pero no pude: por un lado, estaba bastante descansada por las cuatro o cinco horillas que dormí en el avión. No obstante, supongo que sobre todo es que estaba emocionadita descubriendo la casa nueva.

La comida, Fish and Chips en el "Friends Cafe" que viene a ser donde van todos los palangis (guiris en tongano, la "g" se lee "gu") temerosos de la auténtica cocina del país. Osea, yo, que ya sabéis que soy un poco rarita... Y después, a comprar una escoba y adaptadores para los enchufes. ¿Dónde? Pues en el sitio donde siempre tienen de todo... ¡en las tiendas de los chinos! Jajajaa me sentía como en casa, son igualitas!!!

Esto es una cosa que estoy descubriendo con asombro, cómo la vida en Tonga es más cercana a la de España que a la de Estados Unidos. Cosas que sorprenden a la compañera yanqui de Joshua, a nosotros nos parecen de los más normal.

También compramos algo de comida en el súper "pijo" que está en frente de la oficina de Joshua. Se echan cosas de menos, y el precio es caro para Tonga (similar a España), pero teniendo en cuenta que nos hemos enviado 15 litros de aceite de oliva, no tendré problema para hacer comidas similares a las que cocinaba en España. Los huevos... ¡qué huevos! Aquí las gallinas crecen felices al aire libre, es costumbre que las familias tengan sus animales sueltos, así que ya sabemos que gallina feliz = huevos deliciosos y con un color que ni los súper ecológicos de España. Un poco pequeñajos, eso sí, pero es que en general todos los animales se ven más flacuchos. Las patatas... ¡aaay qué patatas! Hasta friéndolas con aceite de soja salen wenas. No puedo esperar a recibir mi sartén de hacer tortillas que llegará con los primeros cinco litros de aceite para hacer una mmmmmm súper tortilla.

El viernes fui a primera hora a la oficina de Joshua ya que nos hacían un desayuno de bienvenida, y tuve ocasión de conocer a todos sus compañeros. Después se quedó él trabajando y a mi me acompañó una empleada de la oficina a dar un paseo y comprar ropa elegante para los dos. En mi caso, me compré un kiekie, y para Joshua compré un ta'ovala -ya subiremos fotos cuando nos pongamos guapos con ellos.

Después volví a casa para encontrármela llena de gente que estaban terminando de poner alambre de espino sobre la verja, tapando agujeros en las paredes, arreglando cosillas de fontanería y electricidad. También vinieron los de la compañía de internet a instalarlo. El caso es que había hombrecillos por aquí y por allá, lo más salado es que ninguno estaba trabajando, sino que parecía que estaban pasando el rato. Dos dormitaban en la terraza de arriba, otros dos o tres fumaban junto a la valla. De los tres que vinieron a lo del internet, uno le daba a las teclas mientras los otros tranquilamente sentados en el suelo de la habitación simplemente miraban la pantalla. Y es que aquí no tienen prisa alguna, es como el anuncio del Ron Malibú. Pero después de varios días aquí, se te pega esa tranquilidad así que si el fontanero tiene que venir tres días seguidos para sellar una tubería que gotea, pues que venga. Que así tengo compañía.

También estos días he empezado a moverme por mi cuenta. No me gustaba la idea de depender de taxis, o de que viniera Joshua a recogerme en el 4x4 del curro. Así que he comenzado a ir a los sitios caminando. Pero sin ir a paso de marcha olímpica. Camino despacito, como los de aquí. Como los que tienen todo el tiempo del mundo. Y para cuando llevo un poquito más de prisa, o no me apetece caminar, me compré una bici. Aparentemente es una bici chulísima de montaña pero teniendo en cuenta los 75 euros que me costó (nuevecita), no sé si me servirá para subir los lagos de Covadonga. Nuevamente me atendieron tres hombres a la vez, que cuando llegué parecía que estaban pasando el rato en la puerta de la tienda. Eso sí, cuando escogí mi bici, prestísimos los tres me la pusieron a punto: mientras uno le bajaba el sillín, los otros me hinchaban sendas ruedas.

Y comprando la bici descubrí otro tipo de tiendas que no tenemos en España (bueno, creo que hace años, en Canarias sí): los almacenes de los indios. Vienen a ser como las tiendas de los chinos pero con artículos de plástico más sofisticados (como la cosa para dejar secar los cubiertos que había estado buscando desde que llegamos) y con electrodomésticos y otros artículos electrónicos (y bicis, claro). Lo que aún no he encontrado es un cubo con escurridor para la fregona y mucho me temo que es que aquí no lo usan.

Así que poco a poco vamos descubriendo dónde encontrar las cosas que necesitamos. Ahora nos queda encontrar las cosas que NO necesitamos pero que mooolan (como la playa, que aún no la hemos pisado). A ver si este fin de semana nos vamos de turisteo por ahí.

Por cierto, os dejo una foto de mi vecina la vaca Pulu que vive en la finca de al lado. Por las mañanas nos dice Mu y nosotros le contestamos Malo e Lelei como palangis educados que somos.



Saturday, October 17, 2009

Place of My Own

Welcome to this new territory—a territory of mind and heart certainly, but also a territory without borders, without jurisdiction, a place of one’s own. No one shall be warned off because I have received the invitation only to extend it to you. This is a new endeavor on my part, to share in relative real time the various observations of my experiences. Placed gently or not so gently with Belén’s own thoughts and experiences might provide interesting episodes of insight. They may, too, crash together—that is, our visions and understandings (and misunderstandings!) will now be open for coincidences and separations, for the comfortable and uncomfortable, and most importantly, for the sake of our memory and the opportunity to share with our very dear friends and family, those known and unknown and to be known.

After a necessary time apart, Belén joins me in D.C. We immediately march on the Capitol in the name of equality. I highly recommend touring D.C. in the name of equality. You pass all of the places where the various movers and shakers inhabit: the White House, the Capitol, the various gray ministries, the slightly-less gray but more ubiquitous Starbucks. We collect stickers, chant chants, enjoy the homemade slogans and signs of people who passionately believe in the fact that the world is full of difference and isn’t that a wonderful thing? We see hate up close, yelled through a bullhorn, in the name of a god of love. Nice disconnect. Smoke cigarettes on the Lawn where so much history has passed. The Gay Men’s Chorus of Washington sings “Somewhere Over the Rainbow” in an anthemic salute to hope. We smile a lot.

I did some work in D.C. as well, but that’s the boring part.

Flight to D.C. to L.A. to Samoa to, finally, Nuku’alofa. Seventeen and a half hours in the air. We are fans of Air New Zealand by the way (and not fans of United Airlines). We are greeted with beautiful necklaces of flowers and greenery (see picture in Belén’s first article). I begin work fairly immediately, but I will skip to the Friday evening where we were invited to attend a traditional Tongan feast on the beach below cliffs on the eastern side of the island of Tongatapu. The capital, Nuku’alofa, means “The Abode of Love”. Later installments shall talk about the history of this kingdom and perhaps one of us will explain the blog’s title. Discover your patience because I promise it will be worth it.

We ate off of plates which were really the tubular sections of the trunk of a banana tree. Hygienic, ecological and just plain smart. The tablecloth consisted of giant leaves, the seats and tables were strung together bamboo poles. We ate raw snapper in a spicy sauce, cooked snapper, roast pig, chicken braised in coconut and ginger, shellfish sautéed in coconut cream, spam wrapped in some sort of leaf and cooked in coconut cream, various sweet potatoes, yams and yaros, and for dessert a coconut deep-fried yam and some watermelon. We were serenaded throughout with traditional Tongan melodies, bathed in torchlight and the magnificent stars. The place was half full of palangi’s—a word that roughly means foreigner but a word with a rich history itself—and half full of Tongans. We were guests of Tongans and there was no question of authenticity. In my travels to poorer nations where expatriates from developed nations work, there are often places where only foreigners go, mainly because the cost prices out the locals. The colonial exclusivity (Whites Only!) of yesteryear has been recognized as racist and colonialist, so it has been replaced with more judicious rules allowing one and all to enter as long as they have the $$$. They should have simply left up the Whites Only! sign. So this place was refreshing, especially after we were driving home, passing some palangi bars where the only Tongans were those serving. Of course, I exaggerate (a little). Here in Tonga, there seems to be much more integration than I had found while working in Africa. Tongans have pride, justifiably so, and we saw it after the feast was over when we were witness to various dances, songs and stories of Tongan history. Although I am new here, I sense that great passion suffuses this culture, a culture of bottomless hospitality, a warrior culture with pride of history and place, a culture that defines itself by small actions with large meaning. I only hope that my actions while here honor both myself and the culture that I now call home.

¡Malo e Lelei!

Bueno bueno... llevamos ya dos días por aquí, y casi parece una vida entera. Quedan lejos los tres días en Washington DC, que aprovechamos para participar en la marcha en favor de la igualdad de gays y lesbianas, descansar y comer aquello que pensamos que echaríamos de menos una vez en Tonga. La última noche, todo un festín en un Steak House... Vieiras y solomillo, con una botella de vino carísima que estaba de caerse de espaldas. Bueno, de espaldas me caí en la cama cuando regresamos al hotel porque el vino además de estar buenísimo pegaba mogollón.

A la mañana siguiente, tempranito a vacunarme -estaba muertecita de miedo porque me habían dicho que la del tétanos duele y todo, pero o mi informante era una nenaza, o en EEUU han logrado desarrollar una que no duele. En cualquier caso, dos pinchazos en cada brazo y listos para salir rumbo a TONGA!!!!

El primer vuelo de Washington DC a Los Angeles fue horrible, iba todo el rato cantándole a Joshua la de Sloop John B. de los Beach Boys, donde dicen "this is the worst trip I've ever been on" -claro que en un contexto totalmente distinto peeeeero... Después, un par de horitas en el aeropuerto de Los Angeles, el último Whopper en una larga temporada y embarcamos en el vuelo a Samoa. Este con Air New Zealand y ¡qué diferencia!!!! Azafatas y azafatos amables y sonrientes, asientos cómodos y con espacio para estirar las piernas, comida deliciosa, capítulos de The Big Bang Theory en la tele individual (...y el Trivial para jugar contra otros pasajeros, y un montón de pelis, música para hacerte listas de reproducción, el Dark Side of the Moon entero...) pero vamos, lo mejor de todo, lo majetes que son los azafatos kiwis. Así da gusto viajar. Una de las primeras cosas que hice cuando tuve internet fue hacerme fan de Air New Zealand en facebook, que hay que reforzar las buenas actitudes. Ahhhh y para desayunar, croissants con jamón y queso calentitos. Eso es vida y no United Airways, que te da la impresión de estar viajando en un tren de tercera en la India.

A las cinco de la mañana hora samoana, y después de más de diez horas de vuelo, aterrizamos para hacer la última escala. Era la primera vez que ponía un pie en el Hemisferio Sur y lo primero que hice fue ver si Coriolis tenía razón y el agua gira en sentido contrario en el desagüe... y va a ser que sí. Lo que me dejó con una duda... ¿¿qué hace el agua cuando estás justo en el ecuador??

Y finalmente, hora y media después embarcamos nuevamente para nuestro último vuelo rumbo a Tongatapu, la isla donde está la capital de Tonga, Nuku'alofa. Los del trabajo de Joshua nos tenían reservada una última sorpresa para este corto vuelo de hora y media. Al parecer cuando compraron los billetes sólo quedaban de Business así que por primera vez viajé como los ricos.

A pesar de lo corto del vuelo, llegamos la mañana siguiente a Tonga ya que atravesamos la "International Date Line", vamos, que el día 14 de octubre se esfumó sin darnos cuenta y pasamos directamente al 15, lo que nos viene bien a efectos mnemotécnicos...

Puffff había ya ganitas de llegar, salí de España el día 10 de Octubre y aunque la paradita en DC estuvo bien, lo que queríamos era pisar Tonga, respirar su aire, sacar todas las cosas de las maletas... ¡¡¡dormir en una cama!!! Estaban esperándonos las otras dos americanas trabajando para los Peace Corps, una empleada de la oficina y un chófer. Bueno, todo ese despliegue de medios no era sólo por nosotros, es que en nuestro vuelo venían tres voluntarios que se incorporan ahora. Traían collares de flores para todos (flores auténticas, no el timo ese que te venden en Caramelos Paco por 4 eurazos) y sonrisotas enormes. Nos separamos en dos grupos, por un lado los voluntarios con la mayoría de la gente, y por otro Joshua y yo con su compañera, que nos llevó a la que va a ser nuestra casita los próximos dos años y medio.

Las flores están ya un poco chuchurrías porque acabo de hacer la foto pero el collar era chulísimo!!

...continuará...