La verdad es que no me lo había preguntado nunca antes, hasta que aterrizamos en Vava'u. Tampoco sabía que mi pregunta se iba a responder sola en tan poco tiempo.
Joshua tenía que trabajar un par de días en Vava'u -un grupo de islas que están más al norte. Tonga consta de cuatro archipiélagos, el de Tongatapu -que es donde vivimos, y que está al sur-, más al norte está Ha'apai, aún más al norte Vava'u y más lejos aún hay unas islas que llaman las Neuas -porque su nombre empieza por Neua- y que por cierto es donde tuvieron un tsunami justo antes de que Joshua y yo viniéramos acá.
Pues bien, Vava'u es el destino turístico de Tonga, tiene la bahía más protegida de los Mares del Zur y si estás recorriendo el mundo en tu velero, te aseguras de pasar unos días en Vava'u. Como ahora es verano, es temporada baja (demasiado calor y humedad), aún así vimos unos cuantos veleros y catamaranes bastante espectaculares... ¡¡¡yo quiero un barquito de esos!!! La verdad es que no me imagino cómo se pondrá eso en temporada alta, dentro de poco tendrán que poner semáforos en el acceso por mar a la bahía... Hablando de semáforos... ¿sabíais que en todo Tonga no hay ni un sólo semáforo?
Vava'u tiene mar y tiene montaña (montañita), y si Tongatapu es verde, no sé qué color describe a Vava'u... supongo que a falta de algo mejor tendré que decir que es verdísimo. Muchas de las frutas que se consumen en Tongatapu vienen de estas islas -sobre todo la piña. Así que, vale, la respuesta a mi pregunta, ¿de dónde vienen las piñas?, podría ser "de Vava'u, entre otros muchos sitios". Peeero, mi duda era... ¿cómo es el árbol que da piñas? ¿cómo es que no me sé el nombre? ...piñal no es... ¿será que las piñas vienen de un arbusto?
Como os decía Joshua tenía que trabajar en Vava'u, y pensamos... pues trabaja el 31 de diciembre y el 4 de enero, y los tres días de fiesta de en medio los pasamos en una de esas islitas increíbles. Así que llegamos el 30 por la tarde a la capital de Vava'u -Neiafu- a tiempo de cenar un plato de gambas más o menos al ajillo viendo esta increíble puesta de sol:
A la mañana siguiente, Joshua a trabajar y yo a terminar un trabajo del máster y vueltecita por la "ciudad" -pueblín diría si estuviera en España.
Ya por la tarde nos acercó un compañero de Joshua hasta la playa que está frente a Mala Island -el que iba a ser nuestro "retiro" los tres días siguientes. Queríamos estar en una isla privada para así ir a la playa en bañador tranquilamente, escogimos Mala por lo bonita que era, porque en frente de la playa hay unos arrecifes de coral llamados "Japanese Gardens" donde queríamos bucear un poco y también porque era un precio razonable. Vava'u es caro, carísimo. O mejor dicho, Vava'u tiene precios europeos y estadounidenses, y nosotros ya no estamos acostumbrados a eso. Y si le sumas el que los precios (obviamente) te los dicen en pa'anga, siendo 1 euro 3 pa'angas, pues como que todo parece muchísimo más caro todavía.
La elección no estuvo nada mal, en la islita había un edificio principal, de madera y decorado tropicalmente pero sin estridencias, donde estaba el bar-restaurante y el escritorio que hacía las veces de recepción. Todo esto, con una terraza mirando al mar donde desayunamos las cuatro mañanas que estuvimos allí:
Luego había cinco cabañitas con dos habitaciones cada una de ellas, en esta foto podéis ver el senderito que llevaba a la nuestra y la entrada:
La playa, pues lo que decía, para nosotros solos, porque había únicamente otra habitación ocupada por una extraña pareja a la que apenas vimos el tiempo que estuvimos allí. El buceo, impresionante, vimos distintos tipos de coral (el coral champignon, el coral mesa y no recuerdo el nombre de los otros dos), también vimos un pez león, estrellas de mar gigantescas (más grandes que mi cabeza) de color negro, azul y rosa y un montón de pececillos a cuál más chulo cuyo nombre desconozco. Era como estar nadando en un acuario, ¡¡¡increíble!!! Lamentablemente, no teníamos cámara submarina así que os tendréis que conformar con esta foto de la playa y mi palabra de que lo que había por debajo del agua era impresionante.
Luego había un sendero que daba la vuelta a toda la isla -se tardaba 15 minutos en hacerlo, teniendo en cuenta que ibas con cuidado de no comerte una telaraña... ...¡con su correspondiente araña gigante!
De estas las había a patadas, lo bueno es que apenas se mueven por lo que sólo tienes que ir atento. También había árboles frutales, como este mango que está hasta arriba de frutos:
Y, al igual que en el resto del país, árboles con flores preciosas de todos los colores:
Así que aquí pasamos los primeros días del año, comiendo rico rico, leyendo muchos libros, nadando, buceando, tomando el sol con moderación y yo haciendo un jersecito para el boqueroncito que llevo dentro -en la página web donde sigo el crecimiento del bebé, ponía que ahora es un boquerón. La semana pasada era un limoncito. Ya os diré en qué se ha convertido la semana que viene. Sólo hace falta que mamá me ayude a coser las mangas y ponerle los botones -y que llegue el bebé, claro.
Así que nada, lo pasamos genial como lo atestigua la impresionante sonrisa que luce Joshua en la foto:
Aunque debo decir que también empezábamos a tener ganitas de estar de vuelta en nuestra casa, y ver a nuestros gatos que parece mentira pero se les coge cariño a los jodíos, y cuando te vas por ahí hasta los echas de menos...
Por cierto que, ¿de dónde vienen las piñas?
¡Crecen en el suelo! La respuesta estaba junto a la puerta de nuestra cabañita en Mala Island.
