Tuesday, February 23, 2010

Friday, February 12, 2010

Lejos de Tonga

Seguimos en tierras americanas, y si la meteorología no cambia súbitamente iniciaremos nuestro retorno a casa el próximo domingo -para llegar el martes por la noche...

Estas semanas realmente están siendo unas larguísimas vacaciones, sobre todo para mí ya que del primer cuatrimestre del máster sólo me quedaba escribir un trabajo -interesantísimo, sobre fondos de inversión éticos- y además porque no tengo cocina en la que cocinar, ni casa que recoger, ni nada de nada. 

La primera semana vino mamá a vernos, así que los días que estuvimos en DC nos dedicamos a hacer de turistas y pasear por el mall viendo los monumentos:

 

Y aunque casi todo yo ya lo conocía, en semejante compañía y con tan buen tiempo la verdad es que lo pasamos genial. 

Buscando un restaurante donde comer rápido antes de meternos en el IMAX del Smithsonian fuimos a parar en un restaurante español -decidimos meternos en el primer sitio que encontrásemos y resultó ser éste-, llamado Jaleo, donde comimos las que para mamá son las mejores croquetas de pollo que ha comido en mucho tiempo y unas papas arrugás con mojo verde que no encuentras en ningún otro sitio fuera de las Canarias. Todo delicioso, tanto es así que hace un par de días Joshua y yo repetimos allí :-)))))))) 

También estuvimos haciendo unas pequeñas compras de artilugios de cocina que teníamos en la wish list: una cosa de las de poner helado en el cucurucho -porque en Tonga estoy enganchadísima al helado de chocolate, y Joshua está hasta las narices de lidiar con la cuchara para llenarme el cucurucho-, un termómetro de los que usas para pinchar el pavo para ver si está hecho (o cualquier otra pieza de carne que metas en el horno) y una cosa que parece un cuentagotas gigante que utilizas para chupar salsa de la fuente que está en el horno y echarla por encima de lo que estás cocinando... ...así que ya se pueden echar a temblar todos los pollos de Tonga, que voy a cocinar MUCHO pollo asado!!!!!

Y el día último día en DC con mamá, fuimos a la National Cathedral, anglicana y preciosa:

  

  

Después dejamos a Joshua en DC y nos fuimos a New Jersey a pasar unos días con los Romero. Nos trataron como reinas -¡y nos cebaron como cerditos! mmmmmm!!! ¡qué bien comimos!- y además hicimos una excursión a la playa de Ocean Grove:


Y mirando esta foto me doy cuenta de cuán distintos son los océanos, las costas... ...y de cómo me gusta el azul de los Mares del Sur (a pesar de que aún no hemos estado en ninguna playa que tenga tanta arena como mis preferidas playas atlánticas).

Estuvimos también visitando a los hijos de los Romero en su universidad -el pequeño dio sus primeros pasos conmigo, hace más de 16 años, además sus pañales fueron los primeros que cambié. Y hasta tuve un ratito para visitar a mi profe de cálculo de cuando estaba en el instituto.

El día que mamá se iba, nos llevaron a Philadelphia donde yo cogí un tren rumbo a DC y a ella la dejaron en el aeropuerto. Cuando llegué a DC, vacié la bolsa y la llené con ropa limpia para ir a recoger a Joshua a la oficina y, de ahí, al aeropuerto para coger nuestro vuelo a Florida. Joshua estuvo sólo el fin de semana, yo prolongué mi estancia cuatro días más. Nuevamente vidorra de reyes y comidas deliciosas con largas y divertidas sobremesas. El tiempo no acompañó demasiado, pero tampoco fuimos a Florida buscando el sol, sino pasar unos días disfrutando de la familia -y eso sí que lo hicimos.

Volví a finales de la semana pasada al DC, justito antes de que comenzase a nevar el viernes -tuve suerte, porque los aeropuertos han estado más tiempo cerrados que abiertos en estos días- y nos hemos estado dedicando a hacer fotos de la nieve, ver pelis en el hotel, leer libros y... ¡¡¡tocar el piano!!! Resulta que Joshua me regaló por Reyes un piano electrónico que es justito como uno de los de toda la vida, si les quitas todo menos el teclado. Así que ahí ando dándole al Burgmüller y a Bach.   :-)))

Y mirando la nieve, claro.



Por cierto, que con esto de la nieve, los edificios del gobierno americano llevan cerrados desde el mediodía del viernes pasado, así que Joshua prácticamente no ha tenido que trabajar en toda la semana. Otro de los efectos secundarios es que mi visita con el ginecólogo para hacerme la ecografía del segundo trimestre ha sido cancelada (prácticamente TODO está cerrado por aquí), así que hasta que me la hagan en Tonga seguramente la semana que viene seguiremos sin saber si el bebé es boqueroncito o anchoíta. Y Joshua tiene una semana más para cantarle a mi pancita:


Pues eso, la siguiente vez que escriba estaremos ya en Tonga con Chopper y Sweetness -a ver si para entonces ya le he hecho una foto a mi súper piano :-))))))